sábado, 21 de enero de 2017

Citas con peros

Estoy de convidada de piedra en la mesa de al lado. Yo con mi libro, ellos con su conversación: "Había una conexión con este tipo que no exploramos nunca", dice la chica. "Soñé con su gato varias veces", aporta como prueba. Él sigue escuchándola, yo sacudo mi cabeza y me digo: "¡Por favor!". Luego confiesa que al tiempo se liaron, pero que nunca se sintió cómoda. Al otro lado, el chico que la escucha va tomando nota de que nunca serán nada.

"Luego me lo encontré en una aplicación, el chico que había conocido en la vida real, lo volví a encontrar. ¿No te parece alucinante?". Él asiente.

Todavía no lo sabe, pero esta información es una conexión de otro tipo. Nada que él estuviera contemplando en su cabeza. De repente lo dice, lo deja caer, intrépido: "Tengo un gato". "Ohh", ella ronronea.

Quién sabe. Él, como Marte o la luna, podría convertirse en objeto de conexiones y exploraciones. Se quedan hablando del gato, que si por la noche necesita cazar. 

Pago mi cuenta. Me levanto. Hay citas que tienen mucho mérito. 

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