martes, 29 de abril de 2008

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Echar de menos a un muerto es imaginar la vida que hubieras tenido si estuviera vivo

Síndrome

Existen síndromes de la A a la Z. Bueno, todos empiezan con eso de "síndrome de...", pero es entonces cuando aparecen los apellidos o lo que sea que les da nombres. A mí los que me gustan más son los psicológicos, supongo que porque los entiendo. Los que ya piden una licenciatura de medicina me resultan menos cercanos. A veces yo tengo síndromes que ni siquiera existen. Síndromes que antes curaba el campo, el silencio y las largas caminatas. Ahora todo es distinto. El síndrome viaja en coche. Síndrome. Me gusta si tiene cura.

jueves, 24 de abril de 2008

Trabajo

Cuando llega la noche desaparece el disfraz. Se desliza como la seda sobre la piel hasta llegar al suelo. Me quito la profesión y vuelvo a los sueños y el ocio. Recupero la mente de la estudiante que consumía la noche antes del examen. Los hombros nunca se olvidan de que habrá un despertador mañana.

No parece buen momento para ganarse la vida. Sin embargo, sabe que si fuera por ella, nunca lo sería.

miércoles, 23 de abril de 2008

Incertidumbre

En estos últimos días he escuchado muchas cosas. Una de ellas es que estamos en la era de la incertidumbre. A los más pequeños ya no hay que educarlos en que no existe un pensamiento único. Al contrario, ahora hay que darles algo, lo que sean capaces de levantar, para podar el camino y vislumbrar su sendero.

"Utilizaré las palabras para decir lo que pienso, y no para esconderlo". Esta frase pertenece a Rosa Díez. He conseguido encontrar mi opinión para Zapatero. Como casi siempre ocurre en la vida, gracias a los demás. José Luis es un hombre que utiliza las palabras para esconder lo que piensa. Y una segunda idea que también asumí: "No está preparado para el desamor". Así que añado: Zapatero no está preparado para el desamor. Eso no es una crítica. A decir verdad, yo tampoco. Pero he conseguido hacerme un perfil desde la lejanía.

Por último, una enseñanza más en esta época de temporal. El bien y el mal no existen. Es decir, no a la hora de razonar y de escribir. Ambos conceptos tienen la mala costumbre de generar muletillas, reducir el vocabulario, recortar el pensamiento y no ajustarse a la realidad. Lamento comunicar que nunca se está mal o bien.

sábado, 19 de abril de 2008

Voz infantil

Receleba de mirar hacia arriba sin altura, de dejar el cuerpo muerto y erguido, y la cabeza alta. No me gustaban, ni me gustan, las frases cortas y titubeantes que profeso. Mientras tanto la cabeza sigue dando vueltas en el circuito, a veces rápidas, a veces lentas. Los ojos abiertos y una sonrisa con vergüenza. Y alrededor razonamientos simples, inundados de sentido común. Llevo tiempo queriendo buscar otra voz, que escriba una mujer en lugar de una niña. Pero no creo que suceda. Me lo ha resuelto Ana María Matute. Ella dice en una entrevista que el hombre es lo que queda del niño. Así que es mejor que siga escribiendo la niña que soy, sobre todo porque sino nadie lo haria.

jueves, 17 de abril de 2008

Gravedad

Se me está cayendo todo. El mito, la voluntad y la esperanza. Se derruye una casa como se despeñan las piedras desde los altos picos. No sé si lo que se cae estaba suelto o apoye el pie donde no debía. El caso es que estoy esquivando cascotes, pero toda huida se detiene cuando el fugitivo se cansa o se queda sin salida. Miro toda esta situación desde una perspectiva que no me permite ver el final, sino lo adelantaría.

martes, 15 de abril de 2008

Mi cárcel

En los edificios antiguos se construían en las esquinas una especie de torre.Yo buscaba una con la mirada cada vez que pasaba por delante con el coche de mi madre. Tenía que estirar el cinturon, pegar mi cara al cristal y allí estaban. Siempre repetía la misma preguta: "¿Qué es eso, mamá?" A lo ella respondía: "Ahí se encierran a los que se portan mal, es una cárcel". A mi me costaba mucho entenderlo. Primero porque el espacio que se veía era muy pequeño, y segundo, porque detrás de los cristales nunca había nadie. Era una torre desde la que nadie miraba. Para mí tenía el encanto de lo prohibido, de lo malo. Hasta la manera en que lo veía escondía morbo, algo sucio.
Ahora, tiempo más tarde, el edificio donde vivo es el de al lado de aquella prisión, que ha resultado no serlo. No sé cuando lo descubrí. El caso es que salgo al balcón y ya no tengo que pegar la cara a ningún cristal y esperar que el semáforo esté en rojo. Lo veo claro, ahí está la torre, con sus cristales y, por supuesto, vacía. Todavía recuerdo la maldad que me invadía al proyectar a mis criminales. Fantasmas.

lunes, 14 de abril de 2008

Memory

Debieran prohibir los recuerdos. Por lo menos que desapareciera esa casa de madera rota y pintura levantada. Aquel rincón en la entrada en el que escribía las noches de verano, las únicas que tuve en ese país.

jueves, 10 de abril de 2008

Drogas

El yonqui se mueve por la ciudad olfateando. Un cuerpo inerme que utiliza la cabeza para encontrar camellos y la voluntad para levantar el cajón desastre de su cuerpo. No distingue entre la noche y el día, la luz y la ocuridad. Se mueve por donde le dejan y le satisfacen.
A veces buscamos que nos quieran así, sin cabeza y sin voluntad. Bueno, con algo de ambas para que nos encuentren entre los callejones. Y lo hacemos sin recordar que para casos como estos aconsejan la desintoxicación.

miércoles, 9 de abril de 2008

Blanco y en botijo

Siempre te vas a esconder. Procura hacerlo detrás de cosas transparentes.

El número 22, Gálvez

Encerrabas las tardes de los lunes. Los mejores goles de un ídolo que encontraste por casualidad en una peluquería. Las letras compuestas, la risa histriónica, el trazo ordenado. Siempre tuviste la lección bien aprendida. Los dioses efímeros, las series de mediodía. Te fuiste mientras entonaban "blanco, negro, blanco". Recuerdo la parte de atrás del colegio, una frase de la que podías reirte una y otra vez: "Voy a pillar el bonobús". Una diadema y tu abuela esperándote en la puerta. El directo de Maná. Tu cumpleaños con la película "Todos los perros van al cielo". Viejos títulos de canciones de karaoke. Incluso soy capaz de ver quien eres ahora, aunque no existas. Puedo intuir quienes serían tus amigos, lo lejos que estaríamos. Un porche resbaladizo, los mocasines por el aire. El balón despeluchado, las clases de cultura clásica. Gafas redondas y una adolescente obsesión por "Expediente X". Tenías mala leche pese al recuerdo edulcorado que hicieron de ti. Tengo tu agenda, olí tu abrigo y todavía veo la flor encima de tu pupitre. Tu casa tan cerca de nuestro colegio, y tú que te fuiste a vivir tan lejos.

martes, 1 de abril de 2008

La vida

Me gusta el hijo prodigo. En general me gusta la gente que cae porque suele levantarse. Además, desde el suelo las conversaciones siempre son más sinceras. No aconsejo levantarse y volverse a sentar en la misma silla.. ¡Te caerás! Pero me vuelve a gustar que no escuche. De nuevo volvemos a vernos allí abajo. ¿Tú sabes como se sale de aquí? Ni puta idea. Es entonces cuando nos descojonamos. Además de oirse carcajadas también se ve alguna que otra lágrima. Es que hay veces que el hijo además de pródigo es huérfano.

¿?

¿Qué ocurre en la vida de alguien cuando nunca deshace las maletas del todo? ¿Será que se va o que no se queda?

Marea

Hay muchos lugares donde quisiera vivir. Sin embargo, el más acorde con mi cabeza es el barco. Navega, y a veces echa el ancla. Pero nunca se libera de las olas y las corrientes marinas. Me muevo a mi pesar.

Recogida de basura

Nudo en la bolsa de basura. Apretado bien fuerte, con varias vueltas, estirando los bordes con saña. Te dejo ahí dentro porque me estabas haciendo daño.

Buena contestación

- No me dejes, por favor. Soy la persona que más te quiere en el mundo...
- Mentira, la persona que más me quiere soy yo.