sábado, 12 de enero de 2008

Rotulador rojo

Andrés iba por la calle, sorteando a otros viandantes con los que compartía acera. Hoy caminaba porque ya había estado tumbado en la cama y en el sillón. No le molestaba el ajetreo de aquella tarde, nada conseguía perturbarle. Se cruzó con varios carteles: "Tengo tres hijos a los que alimentar", "estoy en paro y no tengo para comer", "ayuda para un pobre hombre", con sus correspondientes dueños. Soltó un par de monedas a cada uno. Al día siguiente volvió al mismo lugar, colocó la chaqueta en el suelo y se sentó sobre ella. Sacó un rotulado rojo, y en letra mayúscula escribió: "TENGO EL CORAZÓN ROTO". Cuando giró el cartón le hubiera gustado romper a llorar. Andrés sabía de sobra que a él las monedas no le servirían para nada.

miércoles, 9 de enero de 2008

Trastorno

Carmen ya no tenía en la piel rasgo bueno. Granos surgidos de manos inquietas y maniáticas mudaban aquel rostro, que desde hace unos años convivía cada mes con un peinado diferente. Todos los colores desfilaron por esa hierba reseca que los tintes habían abonado. A los dientes se les había unido los quince años que llevaba fumando, además de algún que otro café, más de cuatro diarios. El síntoma más claro era su optimismo desenfrenado, ese "aquí no pasa nada". Siguió su vida como muchas otras, sin grandes dramas, pero tampoco atisbo de felicidad plena. Vete a saber desde cuándo ocurría esto. Florentina, la típica vecina y además portera de edificio, esa a la que cada uno le ponemos una cara, alguna vez había musitado algo que Carmen le dejo caer:
- "Un fracaso amoroso puede llegar a trastornar a una persona".

martes, 8 de enero de 2008

Este frío

La señora de la casa se santiguaba delante de la imagen de su santo, al que tantas supersticiones le ataban. Cuando entraba y salía, cruz para arriba, el nombre del padre, del hijo y del espiritu santo para abajo. A lo tonto siempre se iba con una frasecilla para ese retrato, ahí la dejaba, en el umbral de la puerta, suelta para que la corona dorada la recogiera. Volvía también musitando quejas y posibles, otra vez dedo índice para norte, sur, este y oeste y beso en el pulgar. Un abrigo se ponía y se quitaba ante la mirada del venerable patrón, y de vez en cuando le decía, siempre de vuelta: "Quítame este frío que se me ha calado en los huesos".

lunes, 7 de enero de 2008

Botas de agua

Eugenia está cansada. Un día se sienta con Andrés, a decirle que no se qué no va bien, pero ella se siente feliz. Ángela es su segundo café, la tarde está fría y Eugenia mira al fondo de todo, atraviesa los muros y la piel de las personas. Ángela le habla y ella le sonríe, porque no la escucha. Esta vez es Carmen. La cafetería está como un autobús en un día de lluvia. Logran rescatar dos sillas incómodas. Eugenia la escucha y piensa en Antonio, cuánto le apetecería hablar con él, y asiente a lo que dice Carmen. Le han traído la cuenta en un platito donde se refleja su tez blanca y su boca seria. Ultimamente siempre invita para borrar la culpabilidad de que nadie le es suficiente. Eugenia quisiera unas botas de agua, para dejar de una maldita vez de sentir frío en los pies, de mojárselos cada vez que llueve.

sábado, 5 de enero de 2008

2008, por poner un título.

Le tengo más fe al cambio de año que a la Navidad. Me ilumina el recuerdo de un modo más inocente los Estados Unidos que esta España. Estoy menos sola cuando ando por la calle que cuando me encierro en mi cuarto. Descanso más si estoy trabajando que en vacaciones. Preferiría ir a misa cualquier día que no fuera el domingo.

La película era "Lejos de ella", tenía a mi primo sentado al lado, ha dicho una frase: "Es una oda a la senectud". Le he preguntado si leía mucho. Me ha contestado que no, que debería hacerlo, "pero me aburre", ha matizado. Un momento de silencio, y entre el resplandor de la pantalla, ha afirmado elegantemente: "Lo que sí veo es mucha televisión".

Me da miedo no poder verme de la misma manera que miro a los demás, con ese mismo prisma, como si no fuera yo. Querría saber mis gestos, mis defectos, mis "estachicanoestabien". Pero seguramente no sea lo mejor, por eso no es posible.