viernes, 26 de diciembre de 2008

Noche de cigarros

Quizá se fume para equivocarse. El ser humano entabla una hipnótica relación con todo aquello que posee humo: el café, el fuego, el cigarro,... Con el calor, con todo aquello que se consume. Para lo eterno siempre habrá tiempo. Uno puede permitirse estar solo con la compañía de un cigarro.
Quizá se fume porque tienes miedo a algo. Podría ser una necesidad encubierta de hacerse daño a uno mismo, para consumir la persona que está dentro de ti. Siempre hay un mismo cigarro pero distintas personas.
Quizá un cigarro no deja de ser una antorcha, una vela que enciendes durante cinco minutos para pedir ayuda. Una cerilla con la que encender una pena, la melancolía o revivir esa tarta de cumpleaños.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Hojas sin nombre

Un examen, una redacción o una suma. Para todo eso pedían que sacáramos una hoja y pusiéramos fecha y nombre. Luego a entregarlo y esperar que, una vez ya evaluado, dijeran en alto a quién le tocaba levantarse a la mesa de la profesora. Y al final del todo esas hojas sin nombre. ¿De quién es ésta?, preguntaban. A veces eras tú, a veces no. No dependía de la autoestima ni de querer evitar una mala nota. Esos descuidos se almacenan en unos años en los que apenas importaba ser despistada.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Las segundas partes siempre fueron inevitables

Llevo noches -insomnio- dándole vueltas a volver. Retomar el principio, ahora que todo vuelve a empezar. Abro esto a oscuras, de noche, como si estuviera entrando a robar en mi propia casa. Es un volver a regañadientes, porque me puede la vanidad y la necesidad de expresión. Yo no tengo libertad todavía. "Habría que pensar qué quiero hacer con este local que me he comprado", me digo mí misma. Pintar, decorar, redefinir,... Pues nada de eso.
Abramos la puerta, pues, a ver quién entra y me dice quién soy.

viernes, 13 de junio de 2008

Grietas

La mesa es redonda. La habitación estaría a oscuras si no fuera por una ventana, imposible de cerrar del todo. La penumbra esconde dos sombras cuyas piernas descansan debajo del mantel. El bebe de un vaso, ella de una taza. Ambos miran absortos hacia una habitación con la puerta sellada. No entrecruzan nada, ni miradas, ni manos, ni pies. No hay silencio, la calle y ellos están llenos de ruido. Esa puerta blanca es un punto negro en donde la luz proyecta sus envejecidas siluetas. Un reflejo que no testifica las grietas de las manos. Él se levanta a la vez que da la vuelta al retrato, y sin mirarla, le pregunta:
-¿Y ahora qué?

El camino de la indecisión

Está lleno de calles, de salidas y de entradas. Hay ofertas y productos de calidad. Por supuesto, te encuentras sueños cadas dos por tres, modelos que quieres imitar. Ah, y envidia. Hay personas que no conoces cuyas opiniones te dan pavor. Las de aquellos que te quieren van más allá y te paralizan. Es este camino también hay un banco para sentarse y deliberar. Hay agua y zapatos que no evitan el dolor de pies. Suspiros, frío, ausencia de chaquetas. Nombres de personas en el cerebro. Llamadas telefónicas como trampas que hacen los niños pequeños. Situaciones hipotéticas un millón. A veces creo que todo el mundo pasa por mi cabeza porque el camino de la indecisión soy yo.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Recuerdos

Lo he recordado cuando volvía andando. Pero la mente juega malas pasadas, y una vez en casa sabía que había recuperado una parte de él, pero olvidé cuál. Empecé a repasar todo, lo poco que me queda. Sin embargo, ese relámpago de hacía un rato se me resistía. Ha llegado por fin, tras escudriñar su figura.

Un pañuelo blanco. En ocasiones con rayas marrones o azules. Ahora nadie repasa al salir de casa si lleva su pañuelo en el bolsillo como lo hacía él. Me lo ofrecía, siempre. La misma tela secaba lágrimas, limpiaba mofletes y sonaba los mocos. Ahí se quedaba lo que me había hecho daño. Y doblando el pañuelo en un pliegue imposible devolvía la tranquilidad. Todo se secaba dentro de su bolsillo.

He topado en alguna ocasión con esos pañuelos. Había más de uno, amontonados, con hilos sueltos. Faltaba su mano detrás de ellos.

martes, 20 de mayo de 2008

Volver a ciertos libros

En un primer momento no me aferré a él como lo hago ahora. Pero entonces no había trabajado nunca en un periódico. Me sorprende leerlo porque parece que esté sentado por las tardes tecleando al lado mío.

"En nuestro oficio hay algunos elementos específicos muy importantes. El primer elemento es una cierta disposición a aceptar el sacrificio de una parte de nosotros mismos. Es ésta una profesión muy exigente".


No quiero echar leyenda sobre el periodismo. En los medios trabajan gente normal. La exigencia es muy concreta.

"Se puede desempeñar de dos formas: de modo artesanal. Pero luego hay un nivel más elevado, que es el más creativo, donde ponemos un poco de nuestra individualidad y de nuestras ambiciones".

"El segundo elemento es la constante profundización en nuestros conocimientos. Tengo mucho amigos de una gran calidad junto a los que empecé a ejercer el periodismo y que a los pocos años fueron desapareciendo en la nada. Creían mucho en sus dotes naturales, pero esas capacidades se agotan en poco tiempo; de manera que se quedaron sin recursos y dejaron de trabajar".

"Hay una tercera cualidad: no considerar la profesión como un medio para hacerse rico...Se trata de una profesión con una precisa estructura feudal. Podemos encontrar muchos periodistas jóvenes llenos de frustraciones , porque trabajan mucho por un salario muy bajo, luego pierden su empleo y a lo mejor no consigue encontrar otro".

"Hay otro problema, además. Hace cuarenta, cincuenta años, un joven periodista podía ir a su jefe y plantearle sus propios problemas profesionales. Y el jefe, que generalmente era mayor que él, le hablaba de su propia experiencia y le daba buenos consejos.


"Los cínicos no sirven para este oficio" se publicó en el año 2000. Leerlo de nuevo ha sido entender lo que explicaba Kapuscinsky durante una entrevista, luego hecha libro. No sé si dejarme desengañar, si desaparecer en la nada -profesionalmente hablando-.

lunes, 19 de mayo de 2008

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Mi tía es una mecedora. El molino: la harina que se queda en la ropa. La terraza que tiraron: una habitación llena de trastos. El resto de la casa son silencios, huecos en donde yo pongo objetos que ya se han llevado. No quiero seguir el itinerario que me lleva a otros lugares, a otros paisajes-olores-tactos, a otras ausencias. Los paisajes de ahora son los que vivo.

domingo, 18 de mayo de 2008

Así, todo bien

Apreté la taza hasta que se quebró entre mis dedos. Sentí un leve dolor que no dejé traslucir, tan sólo esperé unos momentos con los cristales perforando mi piel. Cuando abrí las manos frente a mis ojos ni siquiera la sangre provocó en mí el mínimo sobresalto. Tampoco el impacto de los cristales que cayeron contra el suelo me incitó a dar un paso hacia atrás. Así estaba todo bien.

Buitres buenos

Un último paseo por aquellas cosas que fueron de ella. Por ejemplo, abrir un armario que algo encerraba todavía: una chaqueta, pendientes,... Su abrigo de bisón. Él todavía recuerda cuánto le costó: "seiscientas mil pesetas de las antiguas".
"Esto quiero que te lo pruebes" le dice Ángel a la prima de la difunta. Lo hace, y las tres personas que hay en la habitación rompen a llorar. "¿Sabes qué, Ángel? Siempre quise tener uno". Vuelven a llorar. "A nadie se lo regalo más agusto que a ti".

Repasan toda su ropa: "¡Qué estampados mas bonitos!", "esto sólo lo sabía llevar ella", "esto nunca se lo puso" o "no lo llegó ni a estrenar". Hay algo de bueno en este regodeo. Es como volver a tocar a alguien, repasando todo aquello que era. Creo que quieren llegar a ella sin llegar. Él vuelve a hablar: "Coge lo que quieras", "llevaos cada una un regalo de la tia". Parecen buitres buenos,repasando una y otra vez cada una de sus pertenencias, buscando una huella sorda, muda y ciega. "Muchas gracias por el abrigo, lo voy a usar".

La muerte tiene ritos prácticos. Y forma parte del "descansen en paz" que los que te quieren vacíen tus armarios, recojan tus cuadros, se pongan tu abrigo de bisón. Porque te quieren y los pobrecitos te echan de menos. Y porque son buitres desconsoladamente buenos.

viernes, 16 de mayo de 2008

....

A mi conciencia de ciudadana cada vez le cuesta más hacer como si nada. El terrorismo, el maltrato o los secuestros me exigen una respuesta personal. Las noticias no cesan y creo que algo estaremos haciendo mal. Sobre todo porque quien gobierna y hace la oposición no están mirando a la calle, y se lo pueden permitir. No para de rondarme la cabeza: algo estaremos haciendo mal.

jueves, 15 de mayo de 2008

Releer

Ha llegado el momento de releer a Kapuscinsky. Su libro "Los cínicos no sirven para este oficio" tiene que obrar un milagro. Creo que incluso tiene pocas páginas porque el cínico también es vago. A ver si las letras salvan la suficiencia del individuo.

martes, 13 de mayo de 2008

YO/yo

No me pongo de acuerdo contigo, yo. Soy lo que estuvo primero o lo que sobra de ti. El caso es que me pesas mucho, y no sé cuántas veces cargo contigo a regañadientes. Pero siempre vuelves a subirte a lo alto de mi mochila. Te exhibo triunfante en los días buenos. Los malos, ni que decir tiene. En estos años me has desvelado los grises. Con el blanco o negro ya habría muerto alguien. El paso de los días no nos ha encajado, ¡qué va! Pero tenemos limadas las puntas con las que tanto daño nos hacíamos. Sin embargo, lo afilado lo hemos sustituido por lo efectivo. Sabemos qué lugares duelen más, y golpearlos no depende de una espada. Tan sólo el empujón de un dedo nos deja tirados en el sofá. El roce producirá hormas y zapatos para cada día de fiesta. Y en esos días rotos, que los hay, nos llevaremos tu a mí, y yo a tí, a la tumba.

Tiempo

Mientras ella sollozaba en el suelo, se acercó silenciosamente su padre. Él le aclaró que si no dejaba de llorar no era capaz de entenderla. Pero el llanto era profundo, la calma no podía abrirse paso. Tiempo, pensó entonces él. Y se fue.

sábado, 10 de mayo de 2008

Sigue...

Está lloviendo todavía. No cesan las gotas, ni los charcos.
Sé que llueve mucho porque me apetece quedarme en casa y no puedo. Más tarde, en los informativos, me hablarán de los cultivos dañados y los pueblos en alerta roja. Espero que no sean los que salían anteayer pidiendo agua para sus tierras. En ese caso habrá alguien que escucha, atiende y complace.
Sé que llueve mucho porque apenas puedo salir al balcón sin mojarme las zapatillas de ir por casa. Pero lo sé sobre todo porque, en mi casa vieja, el agua de fuera está llegando dentro.

jueves, 8 de mayo de 2008

Lluvia

Hoy ha llovido. El tiempo se ha aproximado, imponiendo al resto de la ciudad su malhumor. La lluvia que veía por la ventana le ha caído en el pelo, y ha mojado luego sus pies. Ha vuelto a deambular sin paraguas porque lo de fuera no era una amenaza. Podía entender que la gente se protegiera de la lluvia, ayer ella lo hacía del sol.

martes, 29 de abril de 2008

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Echar de menos a un muerto es imaginar la vida que hubieras tenido si estuviera vivo

Síndrome

Existen síndromes de la A a la Z. Bueno, todos empiezan con eso de "síndrome de...", pero es entonces cuando aparecen los apellidos o lo que sea que les da nombres. A mí los que me gustan más son los psicológicos, supongo que porque los entiendo. Los que ya piden una licenciatura de medicina me resultan menos cercanos. A veces yo tengo síndromes que ni siquiera existen. Síndromes que antes curaba el campo, el silencio y las largas caminatas. Ahora todo es distinto. El síndrome viaja en coche. Síndrome. Me gusta si tiene cura.

jueves, 24 de abril de 2008

Trabajo

Cuando llega la noche desaparece el disfraz. Se desliza como la seda sobre la piel hasta llegar al suelo. Me quito la profesión y vuelvo a los sueños y el ocio. Recupero la mente de la estudiante que consumía la noche antes del examen. Los hombros nunca se olvidan de que habrá un despertador mañana.

No parece buen momento para ganarse la vida. Sin embargo, sabe que si fuera por ella, nunca lo sería.

miércoles, 23 de abril de 2008

Incertidumbre

En estos últimos días he escuchado muchas cosas. Una de ellas es que estamos en la era de la incertidumbre. A los más pequeños ya no hay que educarlos en que no existe un pensamiento único. Al contrario, ahora hay que darles algo, lo que sean capaces de levantar, para podar el camino y vislumbrar su sendero.

"Utilizaré las palabras para decir lo que pienso, y no para esconderlo". Esta frase pertenece a Rosa Díez. He conseguido encontrar mi opinión para Zapatero. Como casi siempre ocurre en la vida, gracias a los demás. José Luis es un hombre que utiliza las palabras para esconder lo que piensa. Y una segunda idea que también asumí: "No está preparado para el desamor". Así que añado: Zapatero no está preparado para el desamor. Eso no es una crítica. A decir verdad, yo tampoco. Pero he conseguido hacerme un perfil desde la lejanía.

Por último, una enseñanza más en esta época de temporal. El bien y el mal no existen. Es decir, no a la hora de razonar y de escribir. Ambos conceptos tienen la mala costumbre de generar muletillas, reducir el vocabulario, recortar el pensamiento y no ajustarse a la realidad. Lamento comunicar que nunca se está mal o bien.

sábado, 19 de abril de 2008

Voz infantil

Receleba de mirar hacia arriba sin altura, de dejar el cuerpo muerto y erguido, y la cabeza alta. No me gustaban, ni me gustan, las frases cortas y titubeantes que profeso. Mientras tanto la cabeza sigue dando vueltas en el circuito, a veces rápidas, a veces lentas. Los ojos abiertos y una sonrisa con vergüenza. Y alrededor razonamientos simples, inundados de sentido común. Llevo tiempo queriendo buscar otra voz, que escriba una mujer en lugar de una niña. Pero no creo que suceda. Me lo ha resuelto Ana María Matute. Ella dice en una entrevista que el hombre es lo que queda del niño. Así que es mejor que siga escribiendo la niña que soy, sobre todo porque sino nadie lo haria.

jueves, 17 de abril de 2008

Gravedad

Se me está cayendo todo. El mito, la voluntad y la esperanza. Se derruye una casa como se despeñan las piedras desde los altos picos. No sé si lo que se cae estaba suelto o apoye el pie donde no debía. El caso es que estoy esquivando cascotes, pero toda huida se detiene cuando el fugitivo se cansa o se queda sin salida. Miro toda esta situación desde una perspectiva que no me permite ver el final, sino lo adelantaría.

martes, 15 de abril de 2008

Mi cárcel

En los edificios antiguos se construían en las esquinas una especie de torre.Yo buscaba una con la mirada cada vez que pasaba por delante con el coche de mi madre. Tenía que estirar el cinturon, pegar mi cara al cristal y allí estaban. Siempre repetía la misma preguta: "¿Qué es eso, mamá?" A lo ella respondía: "Ahí se encierran a los que se portan mal, es una cárcel". A mi me costaba mucho entenderlo. Primero porque el espacio que se veía era muy pequeño, y segundo, porque detrás de los cristales nunca había nadie. Era una torre desde la que nadie miraba. Para mí tenía el encanto de lo prohibido, de lo malo. Hasta la manera en que lo veía escondía morbo, algo sucio.
Ahora, tiempo más tarde, el edificio donde vivo es el de al lado de aquella prisión, que ha resultado no serlo. No sé cuando lo descubrí. El caso es que salgo al balcón y ya no tengo que pegar la cara a ningún cristal y esperar que el semáforo esté en rojo. Lo veo claro, ahí está la torre, con sus cristales y, por supuesto, vacía. Todavía recuerdo la maldad que me invadía al proyectar a mis criminales. Fantasmas.

lunes, 14 de abril de 2008

Memory

Debieran prohibir los recuerdos. Por lo menos que desapareciera esa casa de madera rota y pintura levantada. Aquel rincón en la entrada en el que escribía las noches de verano, las únicas que tuve en ese país.

jueves, 10 de abril de 2008

Drogas

El yonqui se mueve por la ciudad olfateando. Un cuerpo inerme que utiliza la cabeza para encontrar camellos y la voluntad para levantar el cajón desastre de su cuerpo. No distingue entre la noche y el día, la luz y la ocuridad. Se mueve por donde le dejan y le satisfacen.
A veces buscamos que nos quieran así, sin cabeza y sin voluntad. Bueno, con algo de ambas para que nos encuentren entre los callejones. Y lo hacemos sin recordar que para casos como estos aconsejan la desintoxicación.

miércoles, 9 de abril de 2008

Blanco y en botijo

Siempre te vas a esconder. Procura hacerlo detrás de cosas transparentes.

El número 22, Gálvez

Encerrabas las tardes de los lunes. Los mejores goles de un ídolo que encontraste por casualidad en una peluquería. Las letras compuestas, la risa histriónica, el trazo ordenado. Siempre tuviste la lección bien aprendida. Los dioses efímeros, las series de mediodía. Te fuiste mientras entonaban "blanco, negro, blanco". Recuerdo la parte de atrás del colegio, una frase de la que podías reirte una y otra vez: "Voy a pillar el bonobús". Una diadema y tu abuela esperándote en la puerta. El directo de Maná. Tu cumpleaños con la película "Todos los perros van al cielo". Viejos títulos de canciones de karaoke. Incluso soy capaz de ver quien eres ahora, aunque no existas. Puedo intuir quienes serían tus amigos, lo lejos que estaríamos. Un porche resbaladizo, los mocasines por el aire. El balón despeluchado, las clases de cultura clásica. Gafas redondas y una adolescente obsesión por "Expediente X". Tenías mala leche pese al recuerdo edulcorado que hicieron de ti. Tengo tu agenda, olí tu abrigo y todavía veo la flor encima de tu pupitre. Tu casa tan cerca de nuestro colegio, y tú que te fuiste a vivir tan lejos.

martes, 1 de abril de 2008

La vida

Me gusta el hijo prodigo. En general me gusta la gente que cae porque suele levantarse. Además, desde el suelo las conversaciones siempre son más sinceras. No aconsejo levantarse y volverse a sentar en la misma silla.. ¡Te caerás! Pero me vuelve a gustar que no escuche. De nuevo volvemos a vernos allí abajo. ¿Tú sabes como se sale de aquí? Ni puta idea. Es entonces cuando nos descojonamos. Además de oirse carcajadas también se ve alguna que otra lágrima. Es que hay veces que el hijo además de pródigo es huérfano.

¿?

¿Qué ocurre en la vida de alguien cuando nunca deshace las maletas del todo? ¿Será que se va o que no se queda?

Marea

Hay muchos lugares donde quisiera vivir. Sin embargo, el más acorde con mi cabeza es el barco. Navega, y a veces echa el ancla. Pero nunca se libera de las olas y las corrientes marinas. Me muevo a mi pesar.

Recogida de basura

Nudo en la bolsa de basura. Apretado bien fuerte, con varias vueltas, estirando los bordes con saña. Te dejo ahí dentro porque me estabas haciendo daño.

Buena contestación

- No me dejes, por favor. Soy la persona que más te quiere en el mundo...
- Mentira, la persona que más me quiere soy yo.

lunes, 31 de marzo de 2008

miércoles, 26 de marzo de 2008

El doble de House

Han vuelto a emitir "Mejor... Imposible". He encontrado cierto parecido entre Melvin y House. Un sentido humor despiadado. Sería interesante hacer un seguimiento de las películas que funcionan en taquilla y buscarles una serie. ¿Será Aída la doble de Torrente? Lo contrario, de serie a película, no ha funcionado hasta ahora...

sábado, 15 de marzo de 2008

Comandante

Un aura insegura, apuntalada con amigos influyentes y una trayectoria que le guarda las espaldas. Sonríe y por un instante parece inocente, cercano y próximo a lo mundano. Pero se cruza y no saluda, oh, dios de nuevo. La concepceión de si mismo como divino le devuelve rapidamente a su humana miseria. El endiosado es pequeño y mezquino. Saluda a un lado y a otro, con numerosos abrazos de fuertes palmadas en los hombros. Vuelve la sonrisa cálida, rastro de amor. Pero él ya es mayor, el tiempo debiera haberle disminuido la ignorancia, en beneficio de la misericordia y el aplomo de saber uno quien es. Sin embargo, cuando esto no ocurre, la imagen de Zeus es desoladora.

lunes, 3 de marzo de 2008

La medida del sueño

"Que despierte la mujer que está dormida. Por favor, que la acunen para que no le duela en el alma el despertar brusco. Una mano inmensa, que la meza hasta que entorne lo ojos. Y de nuevo, que salga el día. El sueño traerá la medida de todas las cosas, vivirá cuando esté despierta, no lo hará dormida. La música del organillo a veces sí, a veces no. Todo con un cerrar de ojos".


Algo que he leído.

Movimiento

Estuve pensando cómo sería el mundo sin sillas, sin una cama. Qué ocurriría si rompieran las paredes de tu habitación, si te arrebataran el suelo que pisas, si te obligaran siempre al movimiento. Si nada te perteneciera, si no tuviera valor. Si te levantaran, empujaran, echaran de los sitios. Si ni siquiera la piedra del monte fuera tuya un instante para cobrar aliento. ¿Qué se haría con toda esa angustia? Podría ser que las guerras con sus bombas revienten eso.

domingo, 24 de febrero de 2008

Voz

Buscando la voz. Ese hilo de voz, la pluma con la tinta adecuada. Un canal que lleve agua. Buscando el continente y el contenido. Buscar y saber encontrar.

viernes, 22 de febrero de 2008

La China

Cuentan que entre 1850 y 1900 el fotógrafo tuvo su primer encuentro con la población china, quien vivía inquieta por si ese retrato lograba robarle el alma. Nueve meses eran necesarios para reponer el material fotográfico, otros nueve para traer de vuelta esas instantáneas hasta el puerto de San Francisco. La fotografía entonces pisaba otra arena, reproducía en blanco y negro o color otros ocres y la caña de arroz.

miércoles, 13 de febrero de 2008

"¿Qué papel representarías si te quedaras disfrazado toda la vida?"

sábado, 12 de enero de 2008

Rotulador rojo

Andrés iba por la calle, sorteando a otros viandantes con los que compartía acera. Hoy caminaba porque ya había estado tumbado en la cama y en el sillón. No le molestaba el ajetreo de aquella tarde, nada conseguía perturbarle. Se cruzó con varios carteles: "Tengo tres hijos a los que alimentar", "estoy en paro y no tengo para comer", "ayuda para un pobre hombre", con sus correspondientes dueños. Soltó un par de monedas a cada uno. Al día siguiente volvió al mismo lugar, colocó la chaqueta en el suelo y se sentó sobre ella. Sacó un rotulado rojo, y en letra mayúscula escribió: "TENGO EL CORAZÓN ROTO". Cuando giró el cartón le hubiera gustado romper a llorar. Andrés sabía de sobra que a él las monedas no le servirían para nada.

miércoles, 9 de enero de 2008

Trastorno

Carmen ya no tenía en la piel rasgo bueno. Granos surgidos de manos inquietas y maniáticas mudaban aquel rostro, que desde hace unos años convivía cada mes con un peinado diferente. Todos los colores desfilaron por esa hierba reseca que los tintes habían abonado. A los dientes se les había unido los quince años que llevaba fumando, además de algún que otro café, más de cuatro diarios. El síntoma más claro era su optimismo desenfrenado, ese "aquí no pasa nada". Siguió su vida como muchas otras, sin grandes dramas, pero tampoco atisbo de felicidad plena. Vete a saber desde cuándo ocurría esto. Florentina, la típica vecina y además portera de edificio, esa a la que cada uno le ponemos una cara, alguna vez había musitado algo que Carmen le dejo caer:
- "Un fracaso amoroso puede llegar a trastornar a una persona".

martes, 8 de enero de 2008

Este frío

La señora de la casa se santiguaba delante de la imagen de su santo, al que tantas supersticiones le ataban. Cuando entraba y salía, cruz para arriba, el nombre del padre, del hijo y del espiritu santo para abajo. A lo tonto siempre se iba con una frasecilla para ese retrato, ahí la dejaba, en el umbral de la puerta, suelta para que la corona dorada la recogiera. Volvía también musitando quejas y posibles, otra vez dedo índice para norte, sur, este y oeste y beso en el pulgar. Un abrigo se ponía y se quitaba ante la mirada del venerable patrón, y de vez en cuando le decía, siempre de vuelta: "Quítame este frío que se me ha calado en los huesos".

lunes, 7 de enero de 2008

Botas de agua

Eugenia está cansada. Un día se sienta con Andrés, a decirle que no se qué no va bien, pero ella se siente feliz. Ángela es su segundo café, la tarde está fría y Eugenia mira al fondo de todo, atraviesa los muros y la piel de las personas. Ángela le habla y ella le sonríe, porque no la escucha. Esta vez es Carmen. La cafetería está como un autobús en un día de lluvia. Logran rescatar dos sillas incómodas. Eugenia la escucha y piensa en Antonio, cuánto le apetecería hablar con él, y asiente a lo que dice Carmen. Le han traído la cuenta en un platito donde se refleja su tez blanca y su boca seria. Ultimamente siempre invita para borrar la culpabilidad de que nadie le es suficiente. Eugenia quisiera unas botas de agua, para dejar de una maldita vez de sentir frío en los pies, de mojárselos cada vez que llueve.

sábado, 5 de enero de 2008

2008, por poner un título.

Le tengo más fe al cambio de año que a la Navidad. Me ilumina el recuerdo de un modo más inocente los Estados Unidos que esta España. Estoy menos sola cuando ando por la calle que cuando me encierro en mi cuarto. Descanso más si estoy trabajando que en vacaciones. Preferiría ir a misa cualquier día que no fuera el domingo.

La película era "Lejos de ella", tenía a mi primo sentado al lado, ha dicho una frase: "Es una oda a la senectud". Le he preguntado si leía mucho. Me ha contestado que no, que debería hacerlo, "pero me aburre", ha matizado. Un momento de silencio, y entre el resplandor de la pantalla, ha afirmado elegantemente: "Lo que sí veo es mucha televisión".

Me da miedo no poder verme de la misma manera que miro a los demás, con ese mismo prisma, como si no fuera yo. Querría saber mis gestos, mis defectos, mis "estachicanoestabien". Pero seguramente no sea lo mejor, por eso no es posible.