sábado, 1 de diciembre de 2007

Mi octavo día

Empezar a trabajar sirve, entre otras cosas, para saber qué carrera elegiste en su día y en qué medida acertaste o te equivocaste. Ahora que no existe en mi vida el tiempo para pensar me repito una y otra vez una frase: "El octavo día de la semana". Lo que me falta para dormir, para acabar un artículo, para concertar una entrevista. Un día más, pero de vacaciones, por favor. Tengo la gran suerte de perder los cinco días de la semana por la cultura y la educación. Bueno, a día de hoy sólo he perdido una. Sin embargo, pese al barullo de mis días, el ruido de la información incompleta y la insatisfacción de saber que lo podría haber hecho mejor, especialmente esas faltas de ortografía, sé que el café no está saliendo tan malo. Hay algo que se me está quedando, la experiencia: mi mejor maestra. Y sé que no estoy perdiendo el tiempo. Quiero escuchar a todo el mundo. Una compañera me ha preguntado por qué me gusta tanto pedir entrevistas. Lo cierto es que aprovecharé cualquier circunstancia para sentarme y saber qué piensa mi futura noticia. Mi información pasa a ser aprendizaje y yo tomo nota de lo que he oído y de lo que no. La cultura tiene una bondad que no posee la política, y es que está más cerca de la búsqueda de la belleza y la verdad como fondo de escenario. En mi sección de cultura hay más personas que personajes.